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domingo, 20 de febrero de 2022

“LOS BANQUEROS DE DIOS”, ALGUNAS REFLEXIONES

 

¿POR QUÉ INVESTIGAS ESTA ÁREA DEL CONOCIMIENTO? 

La teología se hace, se articula, se construye, en relación al contexto. La teología -y la enseñanza de ella- no es la mera repetición de fórmulas dogmáticas. En América Latina, además, la teología si quiere ser relevante necesariamente tiene que abordar las diversas situaciones -o problemas- con las que nos topamos cada día. Por otro lado, observé a mediados de los noventa que uno de los vacíos en la producción teológica latinoamericana era lo relacionado a la crítica de las nuevas corrientes teológicas (como la guerra espiritual y la teología de la prosperidad). En ese sentido una crítica a la teología de la prosperidad urgía. 

Cuando se investiga un tema siempre se considera el “estado de la cuestión”. Respecto a mi tema en ese momento no había mucho, excepto unos pocos artículos en las revistas “Iglesia y Misión” y el “Boletín Teológico” de la FTL. ¡Me habría gustado que Osías Segura ya hubiera publicado “Riquezas, templos, apóstoles y superapóstoles”! Estaban, sí, los libros de Hank Hanegraaff y Wolfgang Bühne, pero venían de otros contextos (Estados Unidos y Alemania). Incluso Ricardo Gondim (de Brasil) escribió sobre el tema, pero sin abordarlo contextualmente. Debo indicar que en la investigación me dieron importantes pistas de interpretación mis profesores Victorio Araya, Jean-Pierre Bastian y Mortimer Arias, además de Heinrich Schäfer (asesor de tesis). Los diálogos con ellos fueron sumamente importantes. En materia de investigación siempre somos deudores de otros.

¿QUÉ TE MOTIVÓ A ESCRIBIR ESTE LIBRO? 

Cada artículo o libro es como una foto, una instantánea de un determinado momento en el cual le dimos atención a un tema que clamaba por una aclaración o conceptualización a la luz de la Biblia. Pero una aclaración presupone una crítica e implica una propuesta. 

A mediados de los noventa mi interés estaba centrado en la relación entre teología y economía, desde los escritos de Franz Hinkelammert, un pionero en este tema desde los años setenta (eso ya se ve en la parte final de su libro “Las armas ideológicas de la muerte”). En esa línea estaban tanto Hugo Assmann como el DEI (Costa Rica). Luego vendrían los aportes de Jung Mo Sung. Por otro lado estaba el tema eclesial, pues muchas congregaciones corrían tras el mensaje de prosperidad material. Realmente era escandaloso el ver cómo se dividían las iglesias por este tema. Por esos años le pregunté a René Padilla por qué no había escrito un libro sobre la teología de la prosperidad, a lo que me respondió: “eso es para ustedes los jóvenes”. Sin pretenderlo me animó a trabajar el tema.

Entonces el interés teológico se unió a la preocupación pastoral y eclesial. La oportunidad para investigar el tema fue la maestría en la UBL (Costa Rica), en la que escribí una tesis estudiando una experiencia concreta en Lima de una congregación de la prosperidad. Esa tesis -sustentada en 1998- fue la motivación del libro “Los banqueros de Dios”. Tomé de ella sólo una parte, pues el libro (publicado en el 2002) incorporó otros ensayos. Para la segunda edición (fines del 2014) se incorporaron nuevos capítulos y se actualizó la bibliografía. En esta edición se aborda esa nueva teología política conocida como la “Nueva Reforma Apostólica”, la cual originalmente fue una monografía para el profesor Alberto Roldán, en el doctorado, y que posteriormente diserté en una conferencia global para el Movimiento de Lausana (Sao Paulo, 2014). Ha sido publicado en inglés.

Debo decir que las motivaciones para escribir siempre han sido pastorales, y hasta donde me ha sido posible he leído las fuentes primarias (de los predicadores de la prosperidad, en este caso). Le debo mucho, en lo que criterios metodológicos respecta, a Juan Stam. Bien dice él que nunca se debe hacer una caricatura del adversario teológico, más aún, se deben entender bien sus planteamientos y argumentos para luego articular una crítica, antes no. En el caso de mi tesis y posterior libro hubo trabajo de campo: visitas a cultos y entrevistas a feligreses de la prosperidad, lo que incluyó a su pastor principal (Juan Capurro, de la Comunidad Cristiana Agua Viva). Aún conservo las grabaciones, fotos, periódicos, manuales de estudio que sólo se obtienen siendo parte de sus células, etc.

Una experiencia de docente: Enseñaba en un centro teológico en Lima el curso de teología contemporánea. Por esos días llegó un famoso predicador guatemalteco de la prosperidad dando una serie de conferencias, y yo envíe a mis estudiantes que vayan, lo escuchen y hagan una evaluación teológica. A la semana siguiente retornaron todos menos dos estudiantes (que a su vez eran líderes en sus iglesias). Habían sido convencidos por ese predicador, abandonaron los estudios y sus iglesias. Uno de ellos me visitó al final del ciclo de estudios trayéndome una docena de libros de esa agrupación, diciéndome: “Profesor, he descubierto la verdad, lea estos libros, se los regalo.” No he vuelto a saber de ellos.

¿CUÁLES SON LOS TEMAS QUE ABORDAS EN ESTE LIBRO? 

Hay básicamente dos temas de fondo, pero para llegar a ellos es necesario un camino (cf. el bosquejo del libro). El primero es “la prosperidad” y el segundo - expuesto de forma breve- “el bienestar humano”. A este tema le dediqué un pequeño libro publicado en el 2003 (“Bienestar humano y reinado de Dios”) aunque soy consciente que hay que ampliarlo. Es una deuda personal que no he olvidado. Pero es inaceptable la sola idea de que el mensaje de la Biblia es la prosperidad material de las personas (y peor aún, la prosperidad en los términos del libre mercado). Creo que la Biblia tiene un mensaje completamente distinto y hasta opuesto. De hecho, es mucho más integral. 

El contenido del libro (la segunda edición) es como sigue:

Capítulo 1: Acercamientos a la teología de la prosperidad
1.1. ¿Una auténtica teología bíblica?
1.2. ¿Un nuevo fundamentalismo?
1.3. ¿Una religiosidad popular evangélica?
1.4. ¿Teología pentecostal?
1.5. ¿Una teología para tiempos postmodernos?
1.6. ¿Lucro y sobrevivencia personal?

Capítulo 2: La teología de la prosperidad en el Perú
2.1. Nuevas prácticas religiosas y discursos teológicos
2.2. Presencia y desarrollo del neopentecostalismo
2.3. Acentos de la teología de la prosperidad

Capítulo 3: Las líneas básicas de la teología de la prosperidad
3.1. La hermenéutica bíblica neopentecostal
3.2. Temas presentes en el discurso de prosperidad
3.3. Temas de menor importancia en la teología de la prosperidad

Capítulo 4: Desafíos a la fe y práctica de las iglesias evangélicas hoy
4.1. Liturgias neopentecostales ¿imitarlas o aprender de ellas?
4.2. Neopentecostalismo y misión de la iglesia
4.3. La gracia de dios y el bienestar humano
4.4. Nueva reforma apostólica, nueva teología política

Capítulo 5: Una propuesta bíblica–teológica a la iglesia evangélica
5.1. Avivamiento espiritual y dones del espíritu
5.2. Vivir según el espíritu... ¿del mercado?
5.3. Apuntes para una teología bíblica del bienestar humano

Apéndice: Teología de la prosperidad y misiología en América Latina

1. Viviendo el discipulado radical (Juan Stam)
2. Mirando críticamente al neopentecostalismo (Juan Sepúlveda)
3. Las iglesias como comunidades sanadoras (Israel Batista)
4. Teología evangélica a la luz de las Escrituras (Sergio Arce)
5. La iglesia como comunidad alternativa al sistema (Darío López)

El título del libro lo recorté a último momento antes de entregarlo a la editorial Puma (de Lima). Originalmente iba a ser “Banqueros y guerreros de Dios”, tal como fue el título de una ponencia en el núcleo de la FTL en San José de Costa Rica en 1997, y que hace eco a un predicador de la prosperidad de ese país quien está convencido que ellos son “los banqueros de Dios”, que ellos administran el dinero de Dios (en realidad de los fieles a quienes obligan a hacer donaciones) para disfrutarlo. 

Uno de los argumentos de mi libro es que a la teología de la prosperidad no se la puede desvincular de cierta visión de guerra espiritual. En ese sentido todo banquero de Dios en el fondo es un guerrero espiritual, un guerrero de Dios. Es decir, en esa teología se une lo material y lo espiritual. ¿No es atractiva la idea de saberse espiritual, en perfecta comunión con Dios, a la vez de ser prosperado materialmente por él?

¿CUÁL ES EL APORTE DE ESTE LIBRO A LA SOCIEDAD? 

El libro está dirigido básicamente a los miembros de la iglesia y su liderazgo. Pero éstos no viven en el aire, están situados en la sociedad. El libro aborda un tema teológico (la teología de la prosperidad), pero también el mismo hecho de la prosperidad y la forma cómo la Biblia lo toca. Si la prosperidad aparece en la Biblia eso está fuera de discusión, el punto es qué dice la Biblia sobre ello. Y al estudiar la Biblia sobre dicho tema uno encuentra varias explicaciones de cómo se llega a la prosperidad (o a la pobreza), a la vez que le pone un contenido a esa prosperidad, que en mi opinión es el bienestar integral que se condensa en la voz hebrea shalom. La salvación es el shalom que viene de Dios.

Esto me lleva al siguiente punto: la Biblia tiene un contenido específico sobre el tema de la prosperidad, el cual no concuerda necesariamente con lo que dicen los medios de comunicación o la ideología del libre mercado. Y al no concordar, la Biblia se torna en una crítica de un modelo económico que no hace prosperar sino a una minoría social, a un pequeñísimo segmento de la sociedad, no a toda la población. Visto positivamente, la Biblia nos recuerda la necesidad de mirar la economía, es decir la actividad productiva y de distribución, con los ojos de Dios. Ella debe estar al servicio de la vida de todos, particularmente de los que menos tienen. La Biblia tiene una profunda crítica, desde los profetas del Antiguo Testamento, a los opresores que causan la miseria y que, además, lo corrompen todo.

El lector no especializado en temas “religiosos” o “teológicos” si lee la Biblia, encontrará que ella no habla sólo del “cielo” o de rezos, sino de la importancia de la corporeidad del ser humano, de la necesidad de satisfacer sus necesidades materiales, y de la salvación plena que trae el Reino de Dios en Jesucristo. Ciertamente la Biblia no habla solamente de la satisfacción del pan material, pero sin éste no hay posibilidad de vida ni de Reino de Dios alguno. Ahora, si ese mismo lector encuentra en “Los banqueros de Dios” una crítica argumentada a un discurso teológico que apuesta por un tipo de prosperidad acorde al libre mercado, el cual es contrario a la enseñanza de la Biblia, yo me sentiré satisfecho.

¿QUÉ DESAFÍOS NOS DEJA ESTE LIBRO? 

Conozco personalmente a no pocas personas que literalmente han sido asaltadas en algunas comunidades llamadas “cristianas”. A veces da la tentación de llamar a esas comunidades “empresas de sanidad divina y prosperidad financiera”, al decir de algunos sociólogos, porque eso es lo que son en realidad. Hay mucho esquilmador suelto que lleva una Biblia en la mano aún. Desafortunadamente hay muchos cash lunas y guillermos maldonados en todos los países de América Latina. Uno que pensaba, con bastante ingenuidad, que algunos de éstos iban a cambiar con la pandemia pero nada de nada. 

El otro problema es que hay multitudes que siguen buscando la prosperidad material en ese tipo de agrupaciones y les interesa muy poco Jesucristo y el Reino de Dios. Tienen una idea de ambos, pero dudo que se ajusten a la Biblia. Menciono esto porque creo que de este breve análisis se derivan algunos temas a trabajar. De hecho, animo a los profesores de teología y los investigadores que le presten atención a los siguientes temas y prácticas:

(1) El Reino de Dios y la historia. Este es un tema que teológicamente lo integra todo. Si Jesús vino proclamando el Reinado de Dios y dio su vida por ello, ha de tener algún significado relevante. Además, dicho Reino tiene implicancias prácticas transformadoras en el hoy. Una buena dosis de teología bíblica del Reino nos ayuda parcialmente a contrarrestar esos “evangelios” pretendidamente espiritualistas que todavía algunos proclaman. 

(2) La religiosidad popular evangélica. América Latina es un continente religioso en extremo (aunque no solamente nosotros). Y los evangélicos no hemos escapado a ello. Mucho de la teología de la prosperidad se aprovecha de una condición que parece inherente a nuestra naturaleza “religiosa”. De ahí el éxito, en buena medida, por ejemplo, de la llamada “confesión positiva”. Y creo que hay que ir más allá de lo que ha escrito Rigoberto Gálvez (“Autocrítica a la religiosidad popular evangélica”). 

(3) Una praxis pastoral basada en el modelo de Jesús. Esta es una tarea para los pastores y las comunidades de fe. Jesús de Nazaret, el galileo, es el modelo por excelencia de lo que se entiende por “pastoral”. De ahí la preocupación por la persona concreta, sin dualismos ni escapismos. Jesús sana, salva, integra a las personas a su Reino que está abierto para todos. En Jesús jamás se encontrará algo similar a lo que hacen los nuevos apóstoles y predicadores de la prosperidad.

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