El tema es importantísimo (y el libro también) pero casi desconocido en círculos evangélicos latinoamericanos, quizá por el sesgo debido a la fragmentación denominacional o confesional, cuyo resultado en materia de conocimientos (ya sean en historia o teología, etc.) produce verdaderas «sectas» en el sentido estricto de la palabra (no en el peyorativo). Además, de conocer lo que trascendía en la península en aquellos sangrientos años del reinado de Carlos V, podemos yuxtaponerlo con las primeras décadas de la Conquista en las tierras de México y Perú y darnos cuentas las razones (algunas) de la sagacidad y crueldad de los conquistadores.
El tema es importantísimo (y el libro también) pero casi desconocido en círculos evangélicos latinoamericanos, quizá por el sesgo debido a la fragmentación denominacional o confesional, cuyo resultado en materia de conocimientos (ya sean en historia o teología, etc.) produce verdaderas «sectas» en el sentido estricto de la palabra (no en el peyorativo). Además, de conocer lo que trascendía en la península en aquellos sangrientos años del reinado de Carlos V, podemos yuxtaponerlo con las primeras décadas de la Conquista en las tierras de México y Perú y darnos cuentas las razones (algunas) de la sagacidad y crueldad de los conquistadores.
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