TRADUCTOR

Licencia de uso:

Los artículos, reflexiones y otros documentos publicados en este sitio son © Derecho Reservado. Se permite su uso siempre y cuando no se altere los contenidos y se reconozca a su autor.
jueves, 27 de febrero de 2020

JUAN STAM, KARL BARTH Y RUDOLF BULTMANN

Con Juan Stam -y con otros teólogos y teólogas- fuimos parte de un exigente equipo de trabajo (la Comisión Teológica Latinoamericana) que se reunía periódicamente en varias ciudades de América Latina para discutir -en el sentido positivo de la palabra- temas teológicos en relación a las necesidades de las iglesias. Se produjeron varios documentos y libros en español que luego fueron traducidos, algunos de ellos, al portugués y al inglés. Aprovechando una reunión en Quito le hice esta corta entrevista la cual fue publicada en español y portugués por dos revistas de difusión continental.

KARL BARTH Y LA PALABRA DE DIOS

MARTÍN: Juan, quiero preguntarle acerca de Barth y su concepto de la Palabra de Dios, ¿Cómo cree usted que él lo ha explicado? ¿Cuáles serían sus aportes?

JUAN: Muy bien. Es un placer Martín conversar contigo. Personalmente tengo mis reservas con algunos aspectos del concepto de la Palabra de Dios en Barth. Podemos hablar de eso, pero tengo mucha admiración por lo que logró Barth en la situación histórica de restaurar la confianza, la credibilidad y el respeto al texto bíblico. Realmente hay muchos nombres para la teología de Barth. A Barth nunca le gustó el título de “neo-ortodoxia”. “Barthianismo” no. “Teología de la crisis” o “de la paradoja” tampoco. Realmente hay dos nombres que yo creo que Barth más o menos aceptaría y de hecho lo dice: “teología de la Palabra” y su último libro “teología evangélica”, aunque él entiende el evangelio en ciertos puntos un poco diferente que nosotros.

Ahora, es importante entender que Barth no es un liberal, más bien es todo lo opuesto de un liberal. Por ejemplo, el liberalismo de Schleiermacher se basaba en la subjetividad, la conciencia subjetiva de dependencia absoluta. Barth va al extremo de la objetividad: la persona de Cristo como hijo de Dios. Ahí no veo reservas ni titubeos en Barth, él cree en la deidad de Cristo, la muerte de Cristo en la cruz, etc. Yo quedé convencido por sus clases y sus escritos que él creía en la resurrección de Cristo y que además creía en la autoridad de las Escrituras y la teología de la Palabra. A su manera él creía en la inspiración de las Escrituras. Para dar un ejemplo, los ortodoxos del siglo XVII debatían si una Biblia cerrada era Palabra de Dios. Decían “claro que sí es la Biblia. Una Biblia cerrada metida en una gaveta cubierta de polvo que en cincuenta años nunca se ha abierto es Palabra de Dios”. Barth decía –un poco ya con el conocimiento de las ciencias de la lingüística y de la comunicación- que Palabra de Dios es cuando Dios habla. Que si Dios no está hablando nadie está escuchando, por tanto no hay Palabra de Dios. 

Entonces Barth ve la inspiración de la Palabra de Dios tomando como ejemplo cuando Dios habla a Isaías. Ahí está plenamente presente el concepto de inspiración. Isaías lo escribió, usó papel y tinta, se conservó; y cuando hoy leemos las Escrituras el Espíritu Santo, que inspiró a Isaías, ilumina y acompaña nuestra lectura y cuando Dios quiere vuelve hablar y vuelve a ser Palabra de Dios. Ahora, el liberalismo, podría decir, para darle una fórmula: la Biblia contiene Palabra de Dios, la ortodoxia dice la Biblia es Palabra de Dios, aunque esté metida en una gaveta cubierta de polvo. 

Para Barth y su teología, la Biblia viene a ser Palabra de Dios. Eso se llama el actualismo dinámico, el devenir, el llegar-a-ser, el ocurrir. Y ahora Barth dice “no hay otro libro que puede llegar a ser Palabra de Dios”. Pero Barth rechaza o evade categorías estáticas. Barth tenía un concepto bien alto de las Escrituras. Déjame dar un ejemplo, Barth quedó convencido de que la Biblia enseña el bautismo de adultos creyentes y se cambió a la doctrina bautista. Perdió una gran cantidad de amigos y de seguro perdió hasta la de venta de sus libros. Pero creía que eso era la enseñanza bíblica y lo adopto él y su hijo Marcos. Barth estaba dispuesto a cambiar sus ideas cuando veía un claro mensaje bíblico. Cuando tuvo que huir de Alemania, porque no iba a firmar el juramento nazi y ya estaba amenazado por Hitler, en su última conferencia, no recuerdo cual de las universidades y facultades de Alemania donde terminó, levantó su Nuevo Testamento griego y dijo “exégesis mis hermanos, exégesis, Alemania necesita exégesis”. 

MARTÍN: Bueno, he quedado un poco sorprendido porque he escuchado críticas muy fuertes de algunos conservadores contra Barth, casi identificándolo con el viejo liberalismo y diciendo que enseñaba que la Biblia no es la Palabra de Dios sino que la contiene.

JUAN: No, no eso es falso. Ahora en primer lugar quiero hacer una observación sobre la palabra “conservador”. Conservador significa que quiere conservar las cosas buenas y en un sentido también la “tradición”. Ahora, yo diría que lo correcto es tradición sin tradicionalismo; conservador pero sin conservadurismo. Si estamos conservando lo equivocado ese es un mal conservadurismo. Liberal significa generoso, pródigo, pero en teología “liberal” es una corriente muy específica: Schleiermacher, Harnack, etc. Barth es lo contrario, totalmente opuesto. Barth nunca puede llamarse liberal. Aún a fines de los 1800 había liberales y fundamentalistas. En Estados Unidos los fundamentalistas ganaron muchas batallas, a nivel de iglesias y escuelas dominicales, institutos bíblicos y el movimiento misionero. Pero perdieron la batalla teológica pues no tuvieron una respuesta para el liberalismo. Barth a su manera tumbó al liberalismo de su trono, y toda la teología post-barthiana tiene que confrontarse con Barth mismo. Así pues que Barth no fue un liberal, más bien todo lo contrario. Ahora tenemos que estarle agradecidos porque dio credibilidad a muchas posturas, netamente evangélicas y aun conservadoras. Yo me considero un evangélico con todo el alma, moderadamente conservador, pero conservador de lo que se debe conservar. 

El problema con los que llaman liberal a Barth es que están demostrando a las claras que no lo han entendido, y a lo mejor no lo han leído o lo han leído con tanto prejuicio que yerran totalmente en su juicio. Te doy un ejemplo, en un instituto bíblico –de cierto país- me invitaron a dar una conferencia sobre teología contemporánea. Cuando llego me advierten que sólo quieren saber lo negativo de cada teología. Yo dije que no, pues para mí no era ser honesto. Lo que yo hice, entonces, es que expuse tan fielmente lo que Barth creía, lo que Barth diría exactamente. Después señalé lo que me parecía bueno y finalmente señalé los errores. En eso yo afirmé que Barth creía en la resurrección física de Cristo, y un profesor de ese instituto se levantó y me dijo que eso era falso porque Barth era neo-ortodoxo y los neo-ortodoxos no creen en la resurrección. Bueno, le contesté, yo le he escuchado a Barth afirmar que Cristo apareció física, visible y tangiblemente, y además comió. Eso era resurrección. Ese profesor, ya bien molesto me dijo “si es así, usted no debe de decirlo, porque usted dice eso y la gente va a creer otras cosas de Barth que son malas”. 

Ahora, Barth tiene cosas que no acepto y aun diría malas. Pero, muchas cosas buenas hay que no me las quiero perder. Barth no es un liberal, no es un modernista y quien lo diga no entiende nada de Barth. Barth tenía un gran respeto a las Escrituras, mucho mayor que los fundamentalistas que imponen su literalismo o sus esquemas. Barth es más honesto con el texto bíblico, aunque a veces se equivoque. Y se equivoca en grande, pero ¿quién no? 
_________________________________


RUDOLF BULTMANN Y LA PALABRA DE DIOS 

MARTÍN: En esta segunda parte queremos seguir conversando en torno al tema de la Palabra de Dios, pero esta vez refiriéndonos a Rudolf Bultmann. Bultmann es conocido por su propuesta de desmitologización, es decir por el intento de hacer “razonable” el kerygma. Pero el problema justamente es que al intentar aquello lo vaciaba de contenido, al asumir categorías filosóficas existencialistas del “primer” Heidegger. ¿Me equivoco?

JUAN: Bultmann no aceptaría eso, aunque Barth lo diría así, creo.

MARTÍN: ¿Cómo debemos entender ese intento de querer desmitologizar el Nuevo Testamento?

JUAN: Bueno, en primer lugar, si se quiere entender a Bultmann sólo como desmitologizador entonces realmente no se le está entendiendo. Puede que te sorprenda el siguiente comentario. Bultmann tuvo una sincera y genuina intención evangelizadora. Quería recuperar la credibilidad del evangelio para la fe de los europeos. Eso es de admirarse, todos debemos tratar de exponer el evangelio en términos inteligibles y convincentes sin traicionar los detalles. Segundo, Bultmann fue un brillante erudito bíblico. Es necesario estudiar a Bultmann para estar al mayor nivel en la erudición, y hay que tomarlo en cuenta sus conocimientos bíblicos, especialmente de Pablo. En cuestiones de griego y el contexto doctrinal también ¿no? Entonces Bultmann no se conoce sólo por la desmitologización.

MARTÍN: Escuché alguna vez a un profesor de teología que “Bultmann como exegeta merecía un 20, pero como teólogo salía reprobado” ¿hay algo de razón en eso?

JUAN: Por cierto ese juicio depende de la teología de cada uno. De exegeta tal vez le pondría 19. Pero mi impresión es que su exégesis es generalmente bastante objetiva y científica. La exégesis es una ciencia, y cuando se hace bien estarán de acuerdo católicos y protestantes, así como barthianos y bultmanianos. Lo que quiero señalar es que Bultmann fue un gran erudito bíblico. Aporta mucho al conocimiento bíblico, hay que tomarlo en cuenta. No sólo su TEOLOGÍA DEL NUEVO TESTAMENTO, sino también su COMENTARIO DEL EVANGELIO DE JUAN, artículos en diccionarios, etc. Cuando uno ve el nombre Rudolf Bultmann al final de un escrito hay que tomarlo muy en serio. 

Segundo, él tenía una pasión evangelizadora, ya lo mencionamos. Tercero, él en esa pasión evangelizadora encontró, por un lado, el efecto de lo que se llamó un poco después la “teología de la secularización”. En este cambio de la cultura moderna, supuestamente, ya no se iba creer en milagros, si a alguien le dolía la cabeza no iba a pensar que es un mal espíritu, más fácil y efectivo sería buscarse una aspirina, etc. Entonces “el hombre moderno” -esa fue una frase favorita de Bultmann-, no puede creer todo eso. Por eso es que hay que reinterpretar, no descartar, ni negar. Según él los mitos son un tipo de lenguaje propio de los tiempos del Nuevo Testamento. (Dicho sea de paso, mito no es una mala palabra, pues los mitos pueden ser verdades y cosas literales pueden ser mentiras ¿no?). Bultmann dice que el hombre moderno no puede creer la resurrección, por ejemplo. Entonces ¿en qué categoría se va a anunciar el triunfo de Jesús sobre la muerte a este hombre moderno? Entonces él articula en el lenguaje del existencialismo esa verdad teológica. 

MARTÍN: Pero esto hace liberal a Bultmann.

JUAN: No necesariamente. Hay una gran diferencia entre Bultmann y Schleiermacher. Por ejemplo, el liberalismo en general no da gran seriedad al pecado, Bultmann sí. Bultmann da una gran importancia redentora a la muerte de Cristo, aunque en sus términos existenciales. Entonces no lo quiero clasificar de liberal tampoco. Ahora, hay una cosa también que incluir en el inventario, que es el análisis de “las formas”. Bultmann fue un fiel pionero en lo que se llama la “crítica de formas” o “análisis de formas”, y en eso hizo un aporte muy valioso. Ahora, en cierto sentido ahí comienza la relectura contextual. Por ejemplo, el evangelista Juan es muy diferente a los otros tres (sinópticos). ¿Por qué? porque escribe a mediados de la última década del primer siglo en un determinado contexto. Entonces si cada autor bíblico hace de alguna manera una relectura, ya sea del Antiguo Testamento o de los escritores anteriores, Bultmann dice que hoy también tenemos que hacer lo mismo. Y el hoy de Bultmann era un mundo desmitologizado. No hay que olvidar, por otro lado, que hasta el final Bultmann proclama que Cristo vive en la proclamación del evangelio. (Fin de la entrevista).


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita.

ENTRADAS POPULARES

Wikipedia

Resultados de la búsqueda