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viernes, 20 de marzo de 2020

SEÑALES, OBEDIENCIA Y LA VENIDA DE JESÚS.

Una propuesta de lectura de Marcos 13.


PLANTEAMIENTO DEL TEMA

Cada vez que algo “grande” sucede en el mundo (una catástrofe, una pandemia, una guerra, etc.,) surgen preguntas por todos lados y los cristianos no siempre tenemos las respuestas, mucho menos de forma inmediata. Sin embargo, ha sido una tentación constante a lo largo de la historia responder de forma tremendista y alarmante “basados” en algún texto apocalíptico, sea del libro del Apocalipsis de Juan o alguno tomado de los “pequeños apocalipsis” (como son Marcos 13, Mateo 24 y Lucas 21).

En lo personal creo que ninguno de los libros bíblicos mencionados tiene que llevarnos por el camino del pesimismo o el alarmismo, dado que dichos textos no fueron escritos para fomentar ello. Por el contrario, los textos apocalípticos nos hablan de la perseverancia de los cristianos en tiempos difíciles, además que nos recuerdan que Dios lo tiene todo bajo control pues es él quien dirige la historia según su plan redentor. Nuestra respuesta obediente a ese plan es lo que hace la diferencia respecto a aquellos que no tienen esperanza (1 Tes 4:13).

MARCOS 13: PRECISIONES DEL RELATO

Para la presente reflexión he tomado Marcos 13, dado que según la tradición cristiana y la erudición bíblica -a partir de los datos que ofrece el mismo libro bíblico- el Evangelio de Marcos es el más antiguo de los cuatro canónicos que se encuentran en el Nuevo Testamento. Y aunque le daré poca atención a los tecnicismos propios de la exégesis, será inevitable el consultar el texto original en griego (1). Debo indicar, además, que este Evangelio -al igual que los otros tres- tiene una clara estructura literaria en la cual hay que enmarcar el capítulo 13 para su correcta comprensión.

En el texto griego el capítulo 13 comienza con la partícula “Y”. Originalmente se lee “Y saliendo” (Kaí ekporeuoménou), con lo que Marcos 13 “se presenta como complemento conclusivo de la sección anterior (11,12 – 12,44) y, más ampliamente, del segundo periodo del evangelio (8,31 – 13,37). Por otra parte, el v. 1 cierra el paréntesis abierto en 11,15, donde se señalaba la entrada de Jesús en el templo” (2). Efectivamente, Marcos 13 es parte de esa sección del Evangelio donde la confrontación entre Jesús y el templo de Jerusalén se hace muy evidente. La sección (caps. 15 y 16) termina con la muerte y resurrección de Jesús, la cual muestra también el poder de Dios quien lleva a cabo su plan redentor a pesar de la oposición de los poderes religiosos y políticos. 

Pero el contexto inmediato anterior (cap. 12) nos lleva a una escena (vv. 38-44) donde Jesús y sus discípulos han observado cómo una viuda a quien los escribas le han robado su propiedad (v. 40) deja -sin tener la obligación de hacerlo- dos monedas pequeñas como ofrenda en el “arca del templo” (v. 42, gazofilakiou, en griego). Dicha viuda había dejado todo su sustento (v. 44) en ese cofre administrado por el poder religioso, a quienes poco antes Jesús había incomodado al afectarles el pingue negocio con su acción profética (11:15-19). Esta es la última escena antes del capítulo 13 y muy probablemente Jesús abandona el templo enojado por lo que ha visto (3), a la vez que deja una lección: “esta pobre viuda echó más que todos los que han echado en el arca … de su pobreza echó todo lo que tenía” (v. 43-44).

PROPUESTA DE LECTURA: SEÑALES Y OBEDIENCIA

El relato de Marcos 13 fue posible gracias a las preguntas que le hicieron tres de sus discípulos quienes estaban preocupados por la destrucción anunciada (vv. 1-2) del templo de Jerusalén: “¿Cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse?” (vv. 3-4). Jesús les va a defraudar en la primera pregunta: “Pero de aquel día y de la hora NADIE SABE, ni aún los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre” (v. 32). Pero respecto a la segunda pregunta Jesús mencionará varias señales a lo largo de este capítulo. 

Una de las formas tradicionales de leer Marcos 13 ha sido el fijarse en las “señales”, pero esto es un grave error hermenéutico. La razón es la siguiente: una señal siempre es una advertencia de algo. Y lo que importa realmente es ese “algo” al que apunta la señal. Como el sentido común indica, de no hacer caso a la señal (o señales) algo lamentable o irreparable puede suceder. Pero ¡Cuánto cristiano hay que prefiere mirar las señales y no a lo que está indicando! ¡Cuántos sermones se predican fijándose tan sólo en las señales para generar miedo o angustia en los oyentes! Veamos las SEÑALES (algunas de ellas agrupadas) de Marcos 13:

v. 6 – “Vendrán muchos en mi nombre diciendo: yo soy el Cristo; y engañarán a muchos” (vv. 21, 22 – “Si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis. Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos”)
v. 7 – “Oigáis de guerras y de rumores de guerras” (v. 8 – “Se levantará nación contra nación y reino contra reino”)
v. 8 – “habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambre y alborotos”
v. 9 – “Os entregarán a los concilios y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí” (v. 11 – “cuando os trajeren para entregaros”; v. 13 – “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre”)
v. 12 – “Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán”
v. 14 – “La abominación desoladora del que habló el profeta Daniel”
v. 19 – “días … de tribulación” (v. 24 – “tribulación”)
vv. 24, 25 – “el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas”

Estas son todas las señales del capítulo y abarcan ocho situaciones: falsos mesías (dimensión política-religiosa); guerras (dimensiones geopolítica-militar-social); catástrofes en la naturaleza y sus secuelas (dimensiones ecológica-económica-social); peligros y riesgo de muerte en los discípulos de Jesucristo (dimensiones misiológica-martirial); traiciones y muertes entre hijos y padres (dimensiones moral-legal-social y con graves consecuencias en el honor familiar); cumplimiento de las profecías relacionadas al fin de los tiempos (dimensión escatológica); tribulación (dimensión socio-económica, ya que literalmente debe leerse “opresión”, en griego thlipxis); y alteraciones en el cosmos previas a la venida de Cristo (el Hijo del Hombre), v. 26.

A pesar de lo indicado, hay que estar atentos ante las señales (y no tan sólo preocupados o alarmados). Es interesante observar que el Evangelio de Marcos subraya en este mismo capítulo los mandatos de Jesús. Y, como sabemos, los mandatos son imperativos a cumplir y no es algo que se debe tomar como una simple sugerencia. Los mandatos que aparecen son distintos -a veces recalcados más de una vez- y tienen que ver con distintos áreas o momentos de la vida cristiana. Los MANDATOS (también agrupados) son:

v. 5 – “Mirad que nadie os engañe” (v. 9 – “Pero mirad por vosotros mismos”; v. 21 – “no le creáis”; v. 23 – “Mas vosotros mirad”; v. 33 – “Mirad, velad y orad”; v. 35 – “Velad”; v. 37 – “Velad”) – “Cuídense ustedes mismos” (Versión “Dios habla hoy”)
v. 7 – “No os turbéis”
v. 10 – “Y es necesario QUE EL EVANGELIO SEA PREDICADO antes a todas las naciones” (vinculado al v. 9 – “para testimonio de ellos”, es decir, los gobernadores y reyes; v. 11 – “eso hablad”)
vv. 14, 15, 16 – “Huyan a los montes” … “no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa” … “no vuelva atrás”

En el relato, además, aparecen referencias a los “días” (vv. 19, 20, 24), que son previos a “aquel día” (v. 32), el cual no es sino una forma de anunciar el “fin” (vv. 7, 13, télos en griego, en sentido de “consumación”), o la venida de Cristo. En el capítulo 13 de Marcos éste es el punto culminante, el momento decisivo (4). Hay señales que apuntan a ella y nunca deben opacar los mandatos o distraernos de ella. Si bien es cierto que, en algún sentido, es “más fácil” mirar las señales que obedecer al Señor, no podemos cruzarnos de brazos como cristianos. Hay mucho que hacer como anunciar la buena noticia del Reino de Dios que llega de forma definitiva en Jesús.

LA “VENIDA” DE JESÚS

Una palabra griega en el Nuevo Testamento para referirse a la segunda venida de Jesús es parusía (2 Tes 2:1), el cual era una voz muy usada en la antigüedad para referirse a la llegada de un rey a una localidad, mostrando de esa manera su señorío o soberanía. Otra palabra griega usada es epifanía, que se traduce por “presencia” o “manifestación” (2 Tim 4:1). Y aunque el apóstol Pablo hace uso de ambas, es de observar que en Mc 13:27 se utiliza una palabra griega diferente: erjómenon que literalmente significa “viniendo” (el mismo verbo se utiliza en los vv. 35 y 36 aunque en otros modos). 

Más allá de la voz griega usada en Marcos 13, hay que decir que siempre hubieron intentos de “espiritualizar” o “metaforizar” la segunda venida de Jesús. Los paladines del intento de quitarle veracidad a la segunda venida de Cristo son los escépticos y los teólogos liberales de siempre. Ambos comparten el dogma de la increencia por “lo sobrenatural” y los milagros en la Biblia, además que incorporan la categoría “mito” en su discurso o análisis. Dicho esto, debo decir que en el cristianismo primitivo -los padres apostólicos en particular- se creyó firmemente en dicha venida de Cristo de forma literal (5), aunque con el tiempo hubo algunos desvíos en el contexto de los padres apologistas (6).

Una pregunta de fondo que tenemos que hacernos es: ¿Para qué viene el Señor por segunda vez? Para poner fin al pecado del mundo, a su corrupción, a la maldad reinante, y con ello traer la esperanza cristiana que se hace historia: el Reino de Dios. No hay que olvidar que en Marcos 13 hay cuatro convicciones: 1) La historia un día llegará a su fin, un día llegará la vida definitiva; 2) Jesús volverá y sus seguidores podrán ver su rostro; 3) Jesús traerá consigo la salvación anhelada; y 4) Las palabras de Jesús “no pasarán”, es decir, no perderán su fuerza salvadora. (7)

COMENTARIOS FINALES

Marcos 13 no responde a todas nuestras preguntas. Eso es obvio. Por lo mismo no debemos imponerle un esquema escatológico por más que nos parezca el más coherente con la enseñanza bíblica. Nuestros esquemas deben ser alimentados por Marcos 13, no al revés, en el espíritu de la teología bíblica. 

Es curioso que Marcos 13 habla sencillamente de la “tribulación”, a diferencia de Mateo 24:21 donde se prefiere usar la expresión “gran tribulación” (thlipxis megále). No sé cómo explicarlo y el conocimiento del griego no ayuda en este caso. No es un asunto de pericia en el idioma sino de hermenéutica.

Marcos 13 no pretende alarmar a nadie (v. 7). Por el contrario, quiere que los discípulos de Jesús tengan los ojos bien abiertos a las señales antes de su segunda venida, y los oídos atentos a sus mandatos. No ver las señales y no obedecer a Jesús puede ser fatal. La obediencia es una forma de expresar nuestra esperanza en la plenitud del Reino de Dios.

¿Qué nos dice Marcos 13 en el contexto en que un virus puede afectar seriamente a un porcentaje alto de la humanidad? Que es una de las varias señales previas a la manifestación gloriosa de Jesús, el Hijo del Hombre. Pero en medio de esto tenemos que mantenernos firmes y obedientes a Aquel que trae su Reino de manera definitiva.

Notas bibliográficas:

(1) Elsa Támez e Isela Trujillo. EL NUEVO TESTAMENTO GRIEGO PALABRA POR PALABRA. INTERLINEAL GRIEGO-ESPAÑOL. Brasil: Sociedades Bíblicas Unidas, 2012. No ignoro que en Marcos 13 hay estructura concéntrica, parábolas, referencias al libro de Daniel y a algunos apócrifos, etc. No olvide el lector que se trata de una reflexión pastoral y no un artículo académico.

(2) Juan Mateos. MARCOS 13. EL GRUPO CRISTIANO EN LA HISTORIA. Madrid: Cristiandad, 1987, p. 80. La vetusta traducción de REINA-VALERA (1892), al igual que la actual BIBLIA TEXTUAL, traduce bien el inicio del capítulo 13: “Y saliendo del Templo” (v. 1). 

(3) Fernando Belo. LECTURA MATERIALISTA DEL EVANGELIO DE MARCOS. Navarra: Verbo Divino, 1975, p. 293.

(4) Guillermo Cook y Ricardo Foulkes. MARCOS. COMENTARIO BÍBLICO HISPANOAMERICANO. Miami, FL: Caribe, 1990, p. 318.

(5) Alcañiz, S. J. y L. Castellani. LA IGLESIA PATRÍSTICA Y LA PARUSÍA. Buenos Aires: Paulinas, 1962.

(6) Brian Daley. ORIGENS DA ESCATOLOGIA CRISTÁ. A ESPERANZA DA IGREJA PRIMITIVA. São Paulo: Paulus, 1994, pp. 40-46.

(7) José Pagola. EL CAMINO ABIERTO POR JESÚS. MARCOS. Bilbao: Desclée de Brouwer, 2011, pp. 226-227.


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